El rodaje de cine que tuvo más trama que la película.
La insólita historia podría resumirse así: "...un dictador fanático del cine, decide secuestrar a su director fetiche, residente en el país enemigo, para obligarlo a filmar una película a la medida del régimen...". El resultado: una película conocida como Pulgasari, la versión comunista de Godzilla. Lo curioso es que lo que acaban de leer no es el argumento de un film de James Bond, sino la trama de un rodaje que podría catalogarse entre los más bizarros e inversímiles de la historia del cine.
El famoso director de cine surcoreano Shin Sang-ok, considerado como el Orson Welles de Corea [1], había concurrido a una falsa cita en Hong Kong hacia fines de los setenta. Un comando secuestrador los intercepta junto a su esposa, la famosa actriz Choi Eun-hee, para trasladarlos forzosamente a la ciudad de Pyongyang, capital de la restringida Corea del Norte. Una amarga sorpresa se revelaría para dejarlos atónitos: habían sido secuestrados por el entonces joven Kim Jong-il (el líder actual de Corea del Norte), por entonces un fanático del cine con tiempo para dedicar a sus excéntricos caprichos.
Encarcelado durante cuatro años por intentar escapar, fue liberado en 1983, cuando fue llevado junto con su mujer, a una entrevista con el mismo Kim Jong-il, donde el motivo de su secuestro fue revelado: según cuenta en sus memorias, Sang-ok debió aceptar las disculpas por el maltrato, a cambio de un suculento sueldo y condiciones para revolucionar el perfil del cine norcoreano. Sobre las espaldas del director Sang-ok recaería el peso de las ideas propagandísticas del futuro dictador: concebir al cine como el vehículo para contribuir al desarrollo del pueblo hasta convertirlos en verdaderos comunistas.
Así comenzaría una serie de filmaciones (siete películas) en donde curiosamente, el director gozó de mayores libertades temáticas de las que podríamos imaginar, a pesar de contar con la constante supervisión del dictador. El paso de Shin Sang-ok por el cine norcoreano marcaría varios hitos, entre ellos, el primer beso en pantalla en la historia del cine norcoreano, la filmación de la película que consideraría su obra maestra (Escape, 1984) y por último, el rodaje del film más emblemático de la forzada carrera en el exilio: Pulgasari, la versión comunista de Godzilla, filmada en 1985 y revelada al mundo recién en 1998. En ella, un gigantesco monstruo amenaza a la sociedad, simbolizando los efectos destructivos del capitalismo.
El final del exilio forzado llegaría después del rodaje de Pulgasari, cuando buscando productoras europeas para financiar la realización de una remake asiática de "El conquistador", un film protagonizado por John Wayne, Shin Sang-ok tendría la oportunidad de viajar a Viena junto a su esposa, para escapar y pedir asilo en la embajada norteamericana.
En cuanto a la exótica Pulgasari, debió esperar hasta 1998 para transformarse en una película de culto al estrenarse en Japón, y posteriormente editarse en Estados Unidos, siendo la única pieza de cine norcoreana con proyección internacional, para frustración del humillado mecenas, Kim Jong-il. La versión completa de Pulgasari está cargada en Google Vídeo.
[1] artículo "Camarada Godzilla" en Página 12.
Info e imagen en 1 , 2
La verdad es que hay una cantidad de cosas absurdas que hace la gente con poder que es increíble. Eso sí, cuando son absurdas pero no molestan vale, pero cuando se dedican a secuestrar y "esclavizar"... sin palabras.
ResponderBorrarSorprendente como siempre.