La primer guerra bacteriológica.
¿Cuál podría considerarse la primer guerra bacteriologica?. Los ataques en momentos de guerra con humos, gases, vapores, nieblas artificiales y otras reacciones químicas se utilizan desde hace miles de años. Se cree que los verdaderos inventores del concepto de guerra química fueron los cazadores que en forma muy primitiva utilizaban el humo producido por la quema de hierbas y ramas húmedas para obligar a los animales a abandonar sus escondites. Los métodos se fueron perfeccionando hasta la actualidad, donde en secreto, muchos gobiernos de países centrales y perisféricos desarrollan armas de destrucción masiva. El método, siempre es desarrollado y empleado para molestar y debilitar al enemigo ( o eliminarlo). Los Chinos, podrían considerarse verdaderos innovadores en la materia: en el siglo II a.C desplegaban métodos efectivos para provocar la ceguera de sus enemigos con nubes de pimiento en polvo, y fueron también pioneros en utilizar globos de terracota que al romperse dejaban libres vapores irritantes.
Más cercano a nuestros tiempos, abundan ejemplos de uso de armamentos bacteriológicos para debilitar al enemigo. Un método muy utilizado durante la guerra civil norteamericana era el de tirar cadáveres a las fuentes de agua para contaminarlas y afectar a la población. Pero quizás el método más estudiado con fines bélicos es el de provocar enfermedades naturales para debilitar al adversario, entre ellas el botulismo, salmonella y ántrax. Aunque es difícil de probar, si existen documentaciones que hablan de una primera forma oficial de guerra bacteriológica asociadas a la peste negra que terminó con un tercio de la población europea y asiática en tan sólo cuatro años a mediados del siglo XIV. Aún hoy, es difícil precisar el origen de la peste negra o peste bubónica, una enfermedad que se extendió en forma de pandemia, contagiada a través de pulgas portadoras de la bacteria ayudadas por la rata negra. Probablemente originada en algún lugar al norte de India, la peste negra sembró el terror en la época, asociada a un aire apocalíptico. Se cree que la peste negra llega a Europa por la ruta de Crimea, una zona asediada por los mongoles que no tuvieron mejor idea que arrojar con catapultas los cadáveres infectados con la peste bubónica dentro de la ciudad de Kaffa (Teodosia). El incidente, podría considerarse anecdóticamente como el primer uso en guerra de una rudimentaria arma bacteriológica. Sin embargo, aún obviando el uso bélico de la peste bubónica por parte de los mongoles, la peste negra ya avanzaba imparable hacia Europa en forma de polizón en pulgas y ratas que viajaban a través de barcos que llegarían a la costa del Mediterráneo sin tener siquiera un tripulante sobreviviente.
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