22 agosto 2007

Especies invasoras: castores y sapos en el hemisferio equivocado.

Además de los efectos que produce la actividad humana en cualquier ecosistema, la desaparición de especies, la contaminación (y todo lo que sabemos) existe un tipo de alteración causada por el hombre que muchos desconocemos o subestimamos: la llamada invasión biológica. La invasión biológica se produce cuando se introduce artificialmente una especie ajena al ecosistema y sin depredadores en la cadena alimenticia, alterando el equilibrio natural del lugar y transformándose en un gravísimo problema ambiental. Seguramente en el mismo lugar en donde estamos ahora, estamos rodeados de especies de plantas, insectos y animales que nada tienen de natural en el entorno. Pero cuando estamos en zonas salvajes las especies introducidas, terminan por tornarse un verdadero problema.

Los castores canadienses en Tierra del Fuego.


En Tierra del Fuego, Argentina, hace unos 50 años introdujeron unas 25 parejas de castores canadienses para promover el desarrollo de la industria peletera. Sin ningún rival en la cadena alimenticia. Los castores comenzaron a reproducirse y expandirse, construyendo diques e inundando zonas que terminaron pudriendo zonas enteras de bosques. La comunidad de castores llega a estar fuera de control, y causa problemas que generan problemas preocupantes sobre sus efectos, se calula que en la actualidad existen en Tierra del Fuego entre 70.000 y 100.000 ejemplares de castor. El Gobierno de Tierra del Fuego declaró recientemente a los castores como especies dañinas para el medio ambiente, y lanzó un plan para controlar la plaga, cuya efectividad me atrevo a poner en duda: El plan consiste en autorizar una especie de caza bajo control, con el fin de vender la pieles, lo que en mi opinión, los castores no sólo serán una plaga, sino además una fuente de ingresos económicos, y una actividad que con el tiempo muchos no querran erradicar sino estimular...


Sapos invasores en Australia.


Otro caso reconocido entre las invasiones biológicas es el sapo de bastón en Autralia. En la imagen vemos a Bob Goninonun sosteniendo un ejemplar de dimensiones poco normales capturado en marzo de 2007. Introducido desde Hawaii en 1935 por los agricultores australianos como un modo de combatir una invasión de escarabajos, el sapo de bastón se tornó una plaga más y fuera de control. El sapo de bastón es una de las especies invasoras que más dolores les causa al gobierno de Australia hasta el día de hoy. No conformes con los escarabajos, los sapos terminaron comiendo pájaros, y otros reptiles, anfibios y mamíferos de pequeño tamaño, alterando dramáticamente el ecosistema y la selección natural. Su voracidad afecta incluso a su tamaño normal, encontrándose frecuentemente ejemplares de sapos de un tamaño considerable.

Las invasiones biológicas, son parte natural de la historia de la humanidad: "la colisión entre África y Eurasia hace 17 millones de años permitió intercambios de especies entre ambos continentes" (1). Sin embargo, el desarrollo y crecimiento del intercambio comercial no hacen más que acelerar y profundizar éste tipo de invasiones, la mayoría de las veces indeseables.

Via 1, 2, 3

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