Donde abunda la soledad…aparecen las sirenas. Pero en la versión del desierto australiano, (donde el agua es más fantástica que las sirenas), las sirenas debieron ser reemplazadas por una ninfa, para elaborar un bulo de antología que en el año 1971 fue capaz de llamar la atención de la prensa mundial.
Las versiones sobre la aparición de una ninfa en el paisaje desértico de la llanura de Nullarbor, llegaron a los periódicos de la región de Eucla entre los años 1971 y 1972. El primer supuesto avistamiento fue realizado por cazadores de canguros: una hermosa mujer semi desnuda vivía junto a los canguros en la llanura de Nullarbor. Y lo mejor del caso, había imágenes. Una fotografía granulada mostraba a una mujer con pieles de canguro correteando entre la fauna salvaje. La historia de la extraña convivencia y las imágenes no tardaron en dar la vuelta al mundo. Los periodistas comenzaron a llegar a la ciudad de Eucla, por entonces con una población permanente de apenas 8 personas.
El bulo de la ninfa del desierto, fue una broma nacida en la mesa de un bar de Eucla, al parecer, impulsada cervezas de por medio entre varios cazadores. Entre tragos y animada conversación, surgían historias que dispararon la idea de la broma. La razón del bulo, tendría además un objetivo un tanto comercial: un cliente en deuda del hotel de Eucla, propone a su dueño saldar su factura consiguiendo “poner al hotel en el mapa del mundo”.
La historia y las fotos de una mujer rubia y de pelo largo semi desnuda viviendo entre canguros llegaría al periódico local en navidad, la llamada “temporada tonta” en que los medios de comunicación están sedientos de noticias. La estrategia resultó exitosa y el Hotel Eucla se convirtió en el epicentro de un locura mediática: comenzaron a llegar periodistas de todo Australia, pero también de EE.UU., y hasta un equipo de la BBC. Tras un seguimiento periodístico que publicaba supuestas huellas y apariciones de la ninfa del desierto, un periodista conseguiría una confesión de uno de los artífices de la trampa: el mito se ganaría rápidamente al rótulo de broma de mal gusto.
A pesar del fiasco, la figura de la ninfa siguió creciendo y sobrevive como una leyenda del interior australiano. Incluso, delante de un Centro Médico en Flinders, una estatua realizada en bronce, inmortaliza la figura de la ninfa mostrándola alta, esbelta y corriendo desnuda.
La historia completa está muy bien narrada en un artículo publicado en Perth Now en el año 2007. En el grupo de bromistas participaría Laurie Scott y su mujer Geneice Brooker, quien aportaría su figura para interpretar a la ninfa. Años después, la anécdota no es más que una historia risueña nacida, se entiende, en un lugar donde no parece haber nada divertido para hacer.
Dora Dallwitz realizó en el año 1993 una tesis doctoral sobre el mito de la ninfa de Nullarbor. En su sitio web se pueden conocer detalles sobre el bulo y ver recortes periodísticos.
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