El río Tietê atraviesa la mega ciudad de San Pablo, en Brasil, y gracias a ello, debió pagar un elevado precio: sus aguas, contaminadas por desechos tóxicos, y principalmente, jabón y detergente arrojados a través de desechos industriales y aguas servidas, terminaron convirtiendo al río en pura espuma, sobre todo en ocasiones donde en tramos, la "peste blanca" terminó invadiendo imparable algunas zonas urbanas:
Imagen en Unicamp
El Tietê, es un río que curiosamente nace a pocos kilómetros del mar, pero debe desviar su recorrido gracias a elevadas sierras que impiden su paso, y para mala fortuna, desembocar como afluente en el río Paraná luego de atravesar la ciudad de San Pablo. A pesar de su origen con aguas limpias, el río comienza a cambiar su aspecto al atravesar la ciudad, recibiendo la contaminación por desechos industriales y aguas servidas. El poblado más afectado situado junto al contaminado río Tietê, es Pirapora do Bom Jesus, a 54 kilómetros de San Pablo. En la zona, una presa construida para generar energía hidroeléctrica terminó por convertirse en una "lavadora" capaz de fabricar gigantescas nubes de espuma al liberar el agua contaminada con detergente, desinfectante y jabón.
Imagen en fameira
En los peores momentos, la nube de espuma ha llegado a exceder el cauce del río invadiendo calles, plazas y casas de la ciudad, avanzando algunas veces en forma de "bolas de espuma" con un máximo de 4 metros de altura. Pirapora do Bom Jesus es a pesar de la contaminación, un pueblo que sobrevive gracias a su atractivo turístico, aunque trístemente célebre por sus invasiones de espuma.
Imagen en Datambiental
A pesar de todo, hay lugar para una buena noticia: gracias a la presión generada por asociaciones ambientalistas y ciudadanos, sumando sus esfuerzos en la ONG SOS Mata Atlántica, se consiguió que el gobierno aceptara desplegar un plan para frenar la contaminación. Las medidas implementadas desde 1990, con una inversión conjunta de más de 2.000 millones de dólares, lentamente van dejando resultados visibles. Luego de años de mayores controles, el río Tietê disminuyó el nivel de contaminación, aunque con resultados desparejos y aún insuficientes. Se implementó por ejemplo un sistema de aspersores para aplacar los niveles de espuma del río:
Imagen en Veja
Imagen en La Nación
La parte más eficiente del plan fue la dedicada al control de los desechos industriales, que según se afirma, se redujeron en un 90 por ciento. Mientras tanto, grandes copos de espuma continúan navegando a la deriva por el río Tiestê en Pirapora do Bom Jesús. Para fortuna del futuro del río, la presión de los grupos que reclaman la depuración total no cede.
Tema inspirado en un artículo de La Nación
Si te ha gustado, menéalo
Y pensar que para celebraciones y similares somos capaces de hacer algo parecido con cañones para generar espuma... y nos parece divertido. Pero verlo en un río. Triste.
ResponderBorrarEs diferente.... la espuma de ese rio es mas toxica y contaminante que un tira espuma de cotillón... aparte que también depende de la persona.... hay gente muy sucia que no tiene cultura ambiental !!! y les da lo mismo contaminar ....
BorrarJaac, muy buenas tus analogías, como siempre..
ResponderBorrarDe todas formas, creo que no es lo mismo, ya que supongo que la espuma usada en las fiestas no será tan contaminante.
ResponderBorrarOtra cosilla que quería apuntar, es que al principio de la entrada me extrañó porque creí que era un problema reciente y me extrañaba que no se tomasen medidas, pero al ver que en 1990 ya se han tomado medidas, me quedo más tranquilo jeje
Buenas fotos
Es desagradable ver que los unicos que destruimos el medio ambiente somos los humanos y no hacemos nada hasta que el problema se sale de nuestras manos.
ResponderBorrar