29 abril 2008

Dos artefactos que nunca esperarías encontrar en un submarino.

[Semana temática: Volando al filo de lo real.]
El vídeo nos muestra una verdadera rareza que sorprendió a los aliados hacia el final de la Segunda Guerra Mundial: un submarino alemán sale a superficie, y un grupo de soldados despliegan un ala rotatoria sacada del interior de la nave, que despega tripulada a modo de cometa:



Alguna vez y hace no mucho tiempo, ingenieros destacados, pensaron en dotar submarinos con aviones plegables y alas rotatorias que pudieran despegar tripuladas al salir a superficie. No se trata de una extravagancia del diseño, sino una respuesta a un problema común en los temidos submarinos alemanes U-boot, que a pesar de ser una verdadera avanzada, tenían un limitado campo de visión al asomar a superficie. La torreta o vela apenas se elevaba unos metros sobre la superficie del mar, y los submarinos U-boot, quedaban altamente expuestos al ataque enemigo. Encontrar el modo de ampliar el campo de visión fue un verdadero desafío.

El avión plegable: una primera solución posible fue el desarrollo del fallido hidroavión plegable Arado Ar 231, que se puede visualizar en imágenes de poca calidad, pero al menos ilustrativas:



El Arado Ar 231 podía plegarse en diez minutos, y fue de hecho el intento de diseñar uno de los aviones más pequeño del mundo, capaz de transportarse en un compartimento cilíndrico sobre la cubierta del submarino. Pero el Arado Ar 231, no resultó eficaz: eran muy difíciles de maniobrar en el aire, y más aún en el agua, además de requerir condiciones de mar y viento muy especiales para poder despegar. El programa fue descartado y reemplazado por la hélice-cometa.

La hélice cometa tripulada: la segunda opción viable para solucionar el problema de los submarinos U-boot, fue la hélice rotatoria bautizada como bachstelze o Focke Achgelis Fa 330 (enlace en inglés), desarrollada hacia 1942.

Diseñada por Fritz Kunner, su eficacia residía principalmente en la gran simplicidad: no era motorizado, sino inspirado en un cometa, y se elevaba impulsado por tres palas de 7,31 metros de diámetro que giraban por efecto del viento. El girocometa pesaba apenas 81 kilogramos, y alcanzaba una fuerza capaz de sostener por si sólo a un tripulante elevado a una altura de vigía, y amarrado al submarino por una cable de 150 metros. El piloto y vigía podía elevarse cuando avanzaba el submarino hasta una altura de 120 metros y ampliaba el campo de visión a 25 millas náuticas. Además se encontraba comunicado con el control del submarino y podía dar el alerta marcando la dirección de la nave enemiga.

El girocometa contaba con un dispositivo de emergencia, en caso de que un ataque no diera tiempo a descender y plegarlo, el piloto activaba un paracaídas y se desprendía del fuselaje, acelerando el tiempo para que el submarino pudiera sumergirse.

De los girocometas Fa330 se llegaron a construir unos 200 ejemplares, aunque no llegaron a utilizarse demasiado durante la guerra. Los aliados entraron en posesión de un girocometa en mayo de 1944, al capturar el submarino U-852.

Más información en Raravia / U-historia

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Ver también: Monstruos de la aviación que nunca levantaron vuelo

2 comentarios:

  1. Mira lo que encontre por fogonazos:

    http://fogonazos.blogspot.com/2006/06/el-submarino-portaaviones.html

    Saludos, gran post!

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  2. Cass: gracias!, en realidad conocía de éste tema. Quizás debería haberlo mencionado en el post, pero me pareció que lo que trataba en éste caso era diferente. El submarino portaaviones fue desarrollado por varios países, entre ellos Japón, el más imponente, pero también Francia y otros. En realidad fue un proyecto asombroso, pero poco efectivo en la práctica, por lo que fue descartado.

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