Mingun, la montaña de ladrillo
En Myanmar (Birmania), en cercanías de Mingun, emerge en medio de un paisaje un tanto desolado un curioso montículo con aspiraciones de ser un templo. Las ruinas de hoy, son los restos de una obra calificada como una locura propia de un rey, que evidentemente, no reprimía sus impulsos mesiánicos. El inacabado templo de Mingun, fue una obra pretenciosa, que para la posteridad, terminó convertida en una vistosa montaña de ladrillo.
Imagen Damien HR
El templo Mingun, comienza a construirse en el año 1790, bajo las indicaciones del rey Bodawpaya. Por supuesto, el rey no imaginaría que el destino de su proyecto, era convertirse en una enorme pila de ladrillos que muchos aseguran, puede quedarse con el título de la montaña de ladrillos más grande del planeta. Por una razón u otra, la obra inacabada del templo Mingun, nos deja sin la que hubiese sido la estupa budista más grande del mundo.
Existen algunas leyendas curiosas que intentan explicar la interrupción de la construcción: un astrólogo habría anticipada que la culminación del templo marcaría el momento de la muerte del rey. Más creíble, resulta la versión de que sobre todo, sobraban desequilibrios de orden económico para abandonarla. El templo Mingun, pasaría a la posteridad como la ruina de un sueño inconcluso. Hoy sólo podemos observar la base de ladrillo del templo Mingun, que por si fuera poco muestra enormes grietas, como testimonio del terremoto de 1839:
Imagen Rebecca Stanek
Imagen antwerpenR
El fallido templo de Mingun, funciona actualmente con un pequeño altar en su interior, con la imagen de Buda, que sirve como lugar de meditación. Para más testimonios de la llamada “locura de Bodawpaya”, ha quedado para la posteridad una gigantesca campana, de unas 90 toneladas de peso, que nos acerca a la escala del tan mentado templo.
Imagen antwerpenR
La campana (campana Mingun), tiene una altura total de 3,65 metros con una circunferencia en su parte más ancha de 15,46 metros. Rescatada y reubicada tras el terremoto cerca del templo, produjo hasta el año 2000 el sonido de campanada más estremecedor del planeta, una marca recién superada por la campana del Templo Foquan, en China.
Buenas. Soy CHucky, lector habitual y editor del blog "Birmania Libre", dedicado a la actualidad social y política de Birmania (que en estos días está que trina, aunque no salga en los mass-media).
ResponderBorrarNo puedo evitar el copiarte esta entrada y publicarla en Birmania Libre.
Un abrazo y gracias por tantas horas de buenas lecturas :)
Bestial, ojalá todas las locuras del hombre fuesen como esta.
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