La película que no alquilan en Blockbuster´s.
This film is not yet Rated (en inglés) no califica como película para ser exhibida en forma masiva. Y la razón es simple: El MPAA (Asociación Estadounidense de Cinematografía) que se encarga de calificar películas en EEUU, no la autorizó para ser vista por menores de 17 años. Lo curioso, es que la película, trata precisamente en forma crítica y de documental, el modo supuestamente arbitrario en que el MPAA califica las películas.
This Film is not yet Rated fue exhibida recientemente en el Festival de Cine de Mar del Plata, y tuve la oportunidad de verla.
El documental, realizado por el multipremiado Kirby Dick, comienza con una serie de entrevistas a realizadores enfadados por la calificación recibida en sus películas por parte de el MPAA. Durante sus 126 minutos de duración, propone una investigación sobre el modo en que funciona éste organismo, famoso por sus deliberaciones privadas y misteriosas, en donde los integrantes son mantenidos en un total anonimato. Los puntos fuertes del documental: por ejemplo, argumenta que se penaliza más el contenido sexual de las películas de temática gay que el de sus homólogas heterosexuales, o sentencian con mayor benevolencia películas donde el sexo es llevado al absurdo y al grotesco con mal gusto (American Pie), mientras se castiga con un NC-17 a películas que muestran con naturalidad una escena de contenido sexual.
Pero a mi parecer uno de los puntos más sólidos de la película, es sobre el modo generoso con que muchas películas de extrema violencia efectista (e innecesaria) son aprobadas para el público masivo. Y curiosamente, nombran el caso de un documental con imágenes realistas la guerra en Irak (que no recuerdo el nombre exacto) que fue calificada como NC-17. El argumento parece evidente: se aprueba la violencia como entretenimiento pero se niega la realidad violenta de una guerra. Así, una película que no muestra sangre o que infantiliza la guerra hasta transformarla en un juego de niños, o peor aún, la espectaculariza, es menos reprobable que un film realista que muestra la crudeza de la guerra o una escena de sexo con naturalidad. En síntesis, se expone en el documental que el MPAA se rige de estándares arbitrarios.
Un documental imperdible que trata precisamente, sobre la arbitrariedad con que deciden lo que podemos o no podemos ver, sobre la censura encubierta, y sobre la dificultosa lista de obstáculos que un film que trata temas con naturalidad o realismo, tiene que atravesar para llegar al público masivo.
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