Si miramos en detalle la foto, encontraremos una anomalía que no es precisamente un efecto óptico:
Si una ciudad como Pisa, debe gran parte de su fama a una Torre inclinada, lo de Santos en Brasil, es digno de una meca turística de clase mundial. Pero sus torres inclinadas, (que suman unas 90), no tienen ni la elegancia de la Torre de Pisa, ni el potencial para que sus habitantes se sientan orgullosos. Y todo en primera línea de playa.
Las fallas de las torres de Santos fueron de cálculo, de una mala relación de materiales, cimientos poco profundos, y de un suelo que tiene una composición más arenosa de lo normal, una combinación que ha dado a conformar en un sector del litoral de Santos un frente de edificios inclinados…pero según los peritos y expertos ingenieros que estudiaron cada caso (son varios los edificios inclinados), no hay nada de que preocuparse.
Los “predios tortos” de Santos, permanecen habitados, aunque parezca que estuvieran a punto de dar comienzo a un efecto “caída” como piezas de dominó. El caso más famoso, es el de el edificio Nuncio Malzoni, el más inclinado, sometido a tareas de corrección de la inclinación.
Aunque son decenas, son una minoría dentro de una enorme ciudad como Santos, un municipio en el Estado de Sao Paulo, que además posee una excelente calidad de vida, entre las más elevadas de Brasil. Para finalizar, los invito a visitar una imagen en donde una torre parece a punto de caer, pero a juzgar por los que disfrutan la playa, no hay nada de que preocuparse.
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Sería interesante ver imágenes del interior, en especial de los pisos más altos, sobre todo a la hora de servir la mesa con una sopa de primero, o ver a un crío intentando jugar con unos coches....
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