Son en su mayoría rocas o peñones que emergen en el medio del mar lejos de cualquier vestigio de tierra firma a cientos de kilómetros de distancia. Ni siquiera aparecen en la mayoría de los mapas. Inhabitables por sus insignificantes tamaños o su inhóspita geografía, despiertan sin embargo disputas territoriales por la explotación de los recursos estimados en su lecho submarino en la que los países implicados, afirman tener los “derechos de propiedad”.
1. Rockall, Atlántico Norte
Imagen en Wikimedia / Andy Strangeway
En el Atlántico Norte, sólo se ve agua por cientos de kilómetros hasta que descolocado, emerge un peñón rocoso puntiagudo con 23 metros de altura sobre el nivel del mar. Es la roca más aislada en todos los océanos. En 1955 un helicóptero de Reino Unido realiza un aterrizaje dejando una placa de bronce e izando una bandera británica en lo más alto. Desde entonces, está oficialmente anexionada al país, una acción reforzada en el año 1972 por el Parlamento Británico, denominando al peñón como isla de Rockall integrado el distrito de Harris. Aunque la declaración reivindica el uso de los recursos del lecho submarino alrededor del peñón, no implica una fijación de soberanía. Islandia, Islas Feroe e Irlanda no están de acuerdo con la posesión británica, y mantienen un litigio sobre el peñón sobre los derechos de sus fondos submarinos. (Más información en Cabovolo)
2. Atolón Okino-Tori-Shima
A 1740 kilómetros al sur de Tokio, emergen tres islotes que desaparecen cuando sube la marea, rodeados de un arrecife. Se lo conoce como Atolón Okino-Tori-Shima, o también como Okinotorishima, y es en la práctica una laguna rodeada de coral con un reducido número de rocas que emergen en su interior. El Gobierno de Japón, sumándose a la ley de mar de las Naciones Unidas (sólo puede determinarse una zona económica exclusiva alrededor de un territorio que puede mantener vida humana por sí misma), se ha esmerado por sentar derecho de propiedad financiando una base habitada de modo permanente invirtiendo millones de dólares. ¿La razón de la inversión?: una área de explotación equivalente a 400.000 kilómetros cuadrados, un territorio más grande que toda el área superficial de Japón.
En el Atolón Okinotosishima, se construyeron espigones, muros de concreto y una base de investigación marina con helipuerto, con una inversión de 600 millones de dólares que además intenta resistir la subida del nivel del mar y la desaparición de los islotes. (En el propio blog, nos informábamos sobre el atolón hace un tiempo)
3. Scarborough Shoal
Wikipedia
Una roca emerge en el Mar de China del Sur, y una bandera de Filipinas flamea aunque nadie la vea. Se llama Scarborough Shoal, un arrecife en un caso similar a nuestro anterior ejemplo japonés. Es apenas un grupo de islas que no superan los tres metros de altura y arrecifes en un atolón que conforma un banco de arena. La disputa es entre Filipinas, y República Popular de China, República de China (Taiwán). La isla más cercana se encuentra a unos 350 kilómetros al suroeste, en el conjunto de las Spratly.
4. Islas Senkaku
Wikipedia
Las Islas Senkaku se encuentran en el extremo occidental de Japón, a 170 kilómetros al norte de la Isla Ishigaki, y a 186 kilómetros al noreste de Keelung, Taiwán. El conjunto de islas está bajo una disputa territorial entre Japón, China y Taiwán que ya se ha tomado unas décadas. De hecho, son fuente permanente de roces diplomáticos, especialmente con el gobierno Chino, que se declara responsable de su descubrimiento y control desde el siglo XIV como parte de sus territorio. Japón, por su parte, niega que exista una disputa de propiedad debido a que Japón siempre se refiere a las islas como parte integrante de su territorio. La población de la isla es nula, y en total, son cinco islas volcánicas, y tres peñones.
5. Las Rocas de Liancourt.
Imagen Courtney Bolton
Son un grupo de islas en el Mar del Japón, prácticamente inhabitables. Pero se cree que en su zona económica exclusiva podría haber yacimientos de gas natural. Quizás por ellos, tanto Japón, como Corea del Sur no se resignan a menos que incorporar las islas a su territorio. Habitado actualmente por dos residentes surcoreanos y una guardia de oficiales de la policía surcoreana, la disputa se ha renovado tras la reafirmación de soberanía por parte de Tokio en los últimos años. Las Rocas de Liancourt, de origen volcánico, tienen en su punto más alto 169 metros de altura, y en total suman 90 islotes y arrecifes.
Estoy en Twitter @visionbeta
y perejil?
ResponderBorrarLo de Perejil es archiconocido...más bien el listado es de casos más remotos o menos conocidos.
ResponderBorrarNormalmente el origen de estas disputas no son tanto las islas en sí, que suelen ser tan pequeñas que carecen de cualquier valor estratégico, como todo lo que arrastran con ellas; me explico:
ResponderBorrarUna isla en sí, sólo es estratégica si tiene recursos a explotar, o si permite en caso de conflicto que tus aviones y barcos reposten y hacer de avanzadilla hacia el territorio enemigo, o controlar un paso estratégico (Gibraltar, Iwojima, Isla de Wake, etc.)
Estos islotes a veces tienen otra función menos evidente.
Por ejemplo, en el caso de Perejil, el hecho de que sea española y no marroquí, permite que el mar territorial español se extienda hasta llegar a escasos metros de Marruecos en el punto más estrecho, en vez de limitarse a las 12 millas estándar. Esto se traduce en que se amplía bastantes kilómetros cuadrados la soberanía española, y por ende, donde nuestros pescadores pueden pescar libremente sin tener que pagar al vecino.
De ahí el interés de mantener otros como el Peñón de Alhucema -que está directamente en una playa marroquí-, las Chafarinas, etc. Como quien dice, pescamos en las playas de Marruecos.
Luego, por supuesto, siempre habrá países que por mero orgullo sean capaz de estar décadas peleando por un pedrusco.
Un cordial saludo, y gracias por tu siempre interesante blog.
Pablo.