La toma de la isla de Guam, durante doscientos treinta años bajo dominio español, es uno de los episodios bélicos de invasión más torpes y al mismo tiempo, eficientes de la historia de las guerras: una ocupación estadounidense resuelta con tres cañonazos, sin víctimas ni destrucción, en donde los atacados reaccionaron literalmente como si los invitaran a tomar el té.
A dos años del final del siglo XIX, la isla de Guam era una de las posesiones más distantes y desatendidas bajo el régimen colonial español. Aunque su posición era estratégica y valorada, tras la independencia de muchas colonias americanas, la isla quedó desalineada dentro de las rutas comerciales. El interés español, tras décadas de poco interés, se manifestaba con un pobre destacamente en la isla, con instalaciones desactualizadas y derruidas que incluían cómo máximo armamente defensivo, un cañón oxidado y en desuso desde hacía casi cien años.
La incomunicación con la corona era tal, que semanas después de la declaración de la Guerra Hispano-Estadounidense, los españoles al mando de Guam, ni recibieron una notificación, ni imaginaban la posibilidad de la inminente visita estadounidense con muy pocas buenas intenciones .
Las condiciones para uno de los episodios de guerra más risueños y pacíficos de la historia estaban desplegadas: el crucero estadounidense USS Charleston, al mando del capitán Henry Glass, llegaría a la isla de Guam con órdenes expresas de tomarla. La agresión se materializó realizando tres disparos hacia la costa, al parecer con un blanco tan difuso e incomprensible, que las autoridades españoles al mando de la isla, enviaron una barca en plan “comitiva de bienvenida”.
El oficial español, no sólo se acercó inocentemente al crucero, sino que además subió a bordo para disculparse por la descortesía de no responder el “saludo” de los cañones, por falta de medios. El capitán Glass, incrédulo, notificó al oficial español del estallido de la guerra entre España y Estados Unidos, por lo que la comitiva pacífica, pasó rápidamente a convertirse en “prisioneros de guerra”.
Al día siguiente del primer ataque, un oficial estadounidense desembarcaría en la isla para negociar la rendición española. Sin ningún tipo de resistensia ni posibilidad de defenderse, la toma “pacífica” de Guam estaría consumada. Los estadounidense, no sólo se encontraron con un destacamente enemigo que no estaba enterado de la guerra, sino que además, hallaron a las fortificaciones defensivas en tal mal estado que en un supuesto ataque, ni habría nada que destruir.
Hasta el día de hoy, Guam es una posesión de Estado Unidos, un dominio que sólo fue interrumpido brevemente por la toma japonesa en la Segunda Guerra Mundial. Lejos de la improvisación, Guam es sede de una de las mayores bases militares navales estadounidenses en el Pacífico. En cuanto al accionar español en la guerra hispano-estadounidense, los calificativos de los historiadores y documentos que se refieren al hecho son lapidarios: mala administración, corrupción, desidia, ceguera política, ineptitud política, incompetencia militar, impericia estratégica, estupidez, torpeza. La toma de Guam es un ejemplo de ello.
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Ahora también están conquistando la penínsulña y sin disparar ni un sólo cañonazo.
ResponderBorrarY también los agasajamos y mantenemos, a los invasores.
Ahora invaden con coca cola, estamos todos invadidos, no solo Spain............. a la que les den
ResponderBorrarUna curiosa historia esta de Guam. No es la única "rareza" de militares españoles con escasos medios al frente de minúsculas islas ante flotas que les superan. En las islas Chafarinas ocurrió un incidente "particular" con la flota rusa del Báltico cuando se dirigia hacia el mar del Japón para enfrentarse a la flota Japonesa, en este caso no era una disculpa sino un ultimátum.
ResponderBorrarPero relacionado con la pérdida de las últimas colonias, me resultó mucho más curioso enterarme que existió una pseudoreclamación en los años 50 del siglo pasado sobre unas supuestas islas de Oceanía que según parece no se habían incluido en los tratados con Alemania y Estados Unidos.
Incluso tras la firma del Tratado de París, España reclamó a los Estados Unidos la devolución de dos islotes que no estaban incluidos dentro de los límites.... Armas no tendremos, medios humanos tampoco, ni tecnología, pero cojones los tenemos de a kilo.