En tiempos de guerra, aunque no oficialmente, todo parece ser válido para debilitar y derrotar al bando enemigo. Una de las principales usinas de ideas y operaciones de guerra de los norteamericanos durante la Segunda Guerra Mundial, fue la OSS (Office of Stratefic Services), considerada muchas veces como la predecesora de la CIA.
Entre una de las operaciones de la OSS, la Operación CornFlakes se propuso nada menos que llegar a entregar miles de boletines de propaganda anti-nazi en la puerta de las casas de alemanes bajo el dominio enemigo, pero con la particularidad de aprovecharse de la eficiencia del correo alemán, el Deutsche Reichspost, quien inocentemente se encargaría de distribuir los folletos.
La idea era en principio bastante simple: aviones aliados se encargarían de bombardear los vagones al servicio del corre alemán, y al mismo tiempo, arrojarían bolsas de cartas con boletines propagandísticos sobre los trenes atacados. Las cartas, tendrían sellos falsificados idénticos a los utilizados por el correo alemán, y estarían remitidas a direcciones específicas de ciudadanos alemanes (generalemente a direcciones extraídas de los anuncios que informaban sobre los soldados muertos en el bando alemán o de las guías telefónicas). Se estima que más de dos millones de direcciones fueron mecanografiadas y escritas a mano en sobres. Así, una vez arrojados, los propios empleados del servicio postal, rescatarían los sobres falsos, y los confundirían para entregarlos sin sospechar absolutamente nada.
El objetivo no era otro que sembrar confusión, diseminar la idea de la existencia de grupos de resistencia nazi, y despertar la idea de sumarse en la lucha interna contra el nazismo.
La propia OSS se encarga de conseguir las muestras de estampillas originales, e investigar el sistema postal alemán, además de conseguir muestras de cartas alemanas y sacos de correo para reproducir. Incluso, se diseñaron bombas especiales capaces de explotar a unos quince metros de altura y al mismo tiempo, dejar caer los sacos de correo intactos sobre el tren.
Aunque los medios y las condiciones para imprimir los sellos no eran las mejores, se pudo falsificar y copiar los sellos originales con el rostro de Hitler de perfil, impresas entre los años 1941-1944. Para ello, se utilizaron unos talleres de la OSS en Roma y en Berna. Según documentos oficiales, se estima que unas 726.550 estampillas alemanas fueron falsificadas. lo que da una idea del tamaño de la operación.
La primera de las misiones de la operación CornFlakes se realiza el 5 de enero de 1945 en un tren de Linz. Se calcula que en total se realizaron unas diez operaciones en las que se distribuyeron unos noventa sacos de sobres y unos 50.000 boletines propagandísticos aliados (Das Neue Deutschland).
Entre tanta inventiva, hubo lugar para la parodia: una partida de sellos fue alterada para reemplazar la imagen de Hitler por un cráneo, conocido como el sello del cráneo o la cabeza-muerta de Hitler. Además la frase inferior del sello original, “Deutsches Reich" (Imperio Alemán), es reemplazada por "Futsches Reich" (algo así como Imperio en ruinas). El falso sello del cráneo de Hitler, fue distribuido entre agentes dispersos por Europa, y además, colocado en el interior de algunos de los sobres introducidos en Alemania.
Como es de esperar, en la actualidad, el sello original del cráneo de Hitler es una pieza buscada en colecciones de filatelia. Por supuesto, que también abundan las falsificaciones del falso sello. Según los entendidos, las falsificaciones son muy fáciles de identificar por su mala calidad. En subastas autorizadas, no es extraño que se ofrezcan algunos de los sellos del cráneo de Hitler originales. Por ejemplo, en el año 1984, en una subasta sobre impresos publicados por la OSS, se ofrecía una hoja completa de 50 sellos con el cráneo de Hitler.
En cuanto a las operaciones, no todas resultaron un éxito. En uno de los envios, un error tan tonto hizo que las autoridades postales alemanas detectaran la farsa: en una de las bolsas arrojadas tras un bombardeo a un tren, un empleado encuentra un grosero error de ortografía en los datos del remitente de cientos de sobres. Donde especificaba el remitente, decía "Wiener Giro-und Cassenverein", cuando la palabra Cassenverein correctamente escrita debía ser Kassenverein. Los sobres por supuesto, fueron abiertos y nunca llegaron a destino. Una prueba modesta de que hasta las centrales de inteligencia, también se equivocan.
La información de éste artículo está basada en la entrada sobre la operación Cornflakes en Wikipedia. También se puede consultar un completísimo artículo (en inglés) con cantidad de documentación sobre los sobres, boletines enviados, sellos, muchos de ellos, reproducidos en ésta entrada.
También en Wikipedia, hay una interesante colección de operaciones filatélicas falsas.
Muy buena artículo, como siempre. Si contaran estas curiosidades durante las clases de historia serían mas amenas :p
ResponderBorraren cuanto a lo de que las agencias de intelegincia tambien se equivocan. Yo llege a leer (y no descarto que fuera en este blog) de un caso en el que intentaron falsificar revistas alemanas con noticias falsas para bajar la moral alemana ,del mismo que en este post, y pusieron el logo de la revista mal.
ResponderBorrarluego lo piensas y en una epoca sin internet y con los medios de comunicacion de la epoca no sorprende tanto