De ser verdad los rumores, los bisontes que caminan en el terreno del acelerador de partículas de Fermilab, deberían resplandecer por las noches, brindando un espectáculo lumínico inigualable. Pero para milagros, los búfalos han preferido tan sólo el de dar vida. La explicación de que los búfalos no son bioluminiscentes como los hongos de Japón, debe tener los mismos mecanismos argumentales que se utilizarían para explicar porqué los gnomos nunca contrataron una hipoteca. Entonces: ¿para que sirven los bisontes de Fermilab?.
Ante la extraña presencia de una manada de bisontes en los terrenos de un laboratorio de física de tanto renombre como lo es el de Fermilab, las teorías acerca de animales con brillo nocturno no tardaron en circular en ámbitos poco académicos. Para empezar a saber los que se habla (aunque muchos lo sabrán), es oportuno aclarar que Fermilab es un laboratorio de física situado a unos 50 kilómetros de Chicago, en donde funciona el segundo acelerador de partículas más potente del mundo.
La razón de ser de la manada de bisontes pastando entre los anillos del colisionador no tiene lógica aparente. Sin embargo, los propios reponsables del laboratorio explican que los búfalos no son parte de un experimento ni brillan en la oscuridad. Más bien tienen presencia para continuar con una tradición iniciada por Robert Wilson, el primer director del laboratorio, quien llevó a los terrenos de Fermilab ejemplares de bisonte tradicionales de las praderas de Illinois .
Los bisontes de Fermilab, son (según explican) un símbolo de la frontera americana, pero además, un símbolo de la frontera de la física, una perfecta combinación para remitir a la regionalidad, y el orgullo local que quieren asignarle (de algún modo) a los estudios realizados en Fermilab. En la actualidad, pastan sobre las tierras del laboratorio unos 45 ejemplares, unos cuantos descendientes directos de aquella manada originaria.
El bisonte, es de hecho un animal poderoso, que en conjunto, puede hacer temblar la tierra. Para ello, necesitarían ser mucho más que 70n ejemplares, el número máximo de ejemplares admitidos en el laboratorio, y que difícilmente puedan eclipsar el potencial del colisionador de partículas. En caso de sobrepasar el número límite, el propio laboratorio organiza una subasta pública para equilibrar la manada hasta el punto de lo sostenible. Cada tantos años, los bisontes macho se venden y son reemplazados por otros nuevos para mantener la salud genética, una práctica muy esperable tratándose de científicos.
Por mi parte, quería pedir disculpas por relatar la historia de los bisontes de Fermilab con un titular tan impreciso. Y sobre todo, por escribir sobre los bisontes que pastan mientras debajo de sus pies se descubre por ejemplo, la existencia del quark cima. Probablemente terminan de leer una de las aproximaciones más decepcionante a la divulgación científica, de las que el autor del blog es responsable.
La verdad es que fue muy interesante.
ResponderBorrarArtículo muy interesante.
ResponderBorrarw3wes@jamon-espana.com.es
Mejor así :)
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