Una de las imágenes que se convirtió en símbolo de la reunificación alemana tras la Caída del Muro, fue la de los coches Trabant invadiendo Berlín occidental. El coche, producido por décadas en Alemania Oriental, fue para muchos un símbolo del fracaso de la RDA, y sobre todo, de la caída del comunismo.
El Trabant, de un desempeño mediocre, y con una producción casi sin cambios durante tres décadas, no tardó en convertirse en centro de bromas por parte de los alemanes del este y su particular sentido del humor.
En tiempos de restricciones y escasez, en donde la calidad de los productos de Alemania del Este dejaban mucho que desear, los propios habitantes enfrentaban con humor su situación, en el mejor de los casos. Las bromas eran moneda corriente: acerca de la calidad de los alimentos en la cadena de supermercados estatales, se decía que la diferencia entre una salchicha vendida en el establecimiento y el Sputnik 2, era que en el Sputnik “se había confirmado oficialmente que había un perro en su interior”.
El Trabant, el coche más común y todo un símbolo en Alemania del Este, con sus deficiencias, no podía quedarse atrás como centro de las bromas. Si bien al momento de comenzar la producción era un coche de avanzada, la falta de innovaciones y actualizaciones lo convirtieron rápidamente en un objeto “fuera de tiempo”. Las últimas actualizaciones se introdujeron en el año 1964 y llegaría casi sin cambios hasta el fin de la producción en 1991.
Puesto como ejemplo de la planificación centralizada, el Trabant, llamado cariñosamente como Trabbi o Trabi, alcanzó un producción total de 3.096.099 unidades. Los contratiempos comenzaban al momento de pedirlo: el tiempo de entrega alcanzaba un promedio de 15 años desde el momento de llenar la solicitud, por lo que es de imaginar la alegría y el cuidado que habría que brindarle una vez recibido.
Un Trabant tenía una vida útil de unos 18 años y una vez usado, tenía un precio superior a los nuevos. Entre los alemanes del Este circulaba una broma acerca de como duplicar rápidamente el valor de un Trabant: simplemente, “había que llenar el tanque de combustible”.
La reputación del Trabant en cuanto a sus materiales estaba bastante recaída: circulaba la leyenda urbana de que el cuerpo del coche estaba construido con cartón reforzado. En realidad, el material empleado en su techo, capó, paragolpes, guardabarros y puertas se llamaba duroplast, una resina plástica reforzada obtenida de un material reciclado capaz de saldar el alto costo de importar acero.
El Trabant, aparentemente, no era muy resistente a un accidente. Sobre su material reciclado y ecológico, no tardaron en circular bromas, como la de el supuesto anuncio de un eco-Trabi de entrega inmediata extremadamente respetuoso con el medioambiente por ser eléctrico. El supuesto eco-Trabi, según las bromas, “saldría en circulación con una autonomía de 20 metros de largo (limitada por el largo de su cable)”.
El Trabant, tenía también falencias con el motor: era altamente contaminante, y producía más de cinco veces las emisiones de monóxido de carbono que un coche actual. Perdura la broma de un hombre de Alemania Occidental que conduciendo un Mercedes Benz por la Alemania del Este, tuvo inconvenientes con su limpiaparabrisas en una noche lluviosa. Al dejar el coche en un mecánico de la RDA, se encuentra con la inexistencia de repuestos, ante lo cual el mecánico promete hacer lo imposible para arreglarlo. Al día siguiente, el empresaria regresa y encuentra al limpiaparabrisas funcionando con normalidad por lo que pregunta al mecánico: ¿Ha podido encontrar un limpiaparabrisas para Mercedes en Oriente?. El mecánico responde: “No, pero lo hemos reparado utilizando el motor de un Trabant”.
Luego de la caída del Muro de Berlín, muchos Trabant fueron abandonados por sus propietarios al emigrar, mientras que otros fueron regalados. Años después, el Trabant se convertiría en un objeto de colección, y hasta se dice, que el Trabant de color verde, trae buena suerte, por lo que son especialmente populares. Incluso, cuenta con algunos fanáticos nostálgicos amantes del vehículo del pueblo, aquel que por largos años, encarnó el sueño de los ciudadanos del Este.
Suelo visitar con frecuencia este blog y leer todas las entradas. La mayoría me parecen realmente interesantes y, por lo genral, cuidadas. Por eso me parece, como poco, sorprendente encontrarme con "esto". En serio ¿quien lo ha traducido? ¿y revisado?
ResponderBorrarcontrario al comment anterior a mí me gusto
ResponderBorrarnecesito reir o sonreir estos días
gracias
OK, este post ha despertado visiones encontradas...
ResponderBorrarSoy el del primer comentario
ResponderBorrarLa entrada me gustó, además conozco el tema por mi profesión y me parece muy interesante.
Solo he dicho que es un absoluto desastre gramatical y que llega a ser casi incomprensible.
Que no se ha revisado, vamos
Lo que tenían que sufrir los pobres habitantes de Alemania, 15 años de burocracia!!, no se si realmente haya cambiado esto, ahora hay muchas marcas para escoger pero con esos precios no nos quedan tantas opciones para comprar un auto...
ResponderBorrar