El concurso más ineficiente de la historia
No es que haya un modo de medir cuan eficiente es un concurso ni mucho menos. Pero los organizadores e ideólogos del concurso del Miss Belvedere, un coche de los años cincuenta convertido en cápsula del tiempo y premio a futuro, sumaron una serie de falencias que llevaron a un resultado “un tanto” decepcionante. Y todo, develado en un intervalo de medio siglo.
Para empezar, el punto de partida: un evento organizado para transformar un coche de la época en una cápsula del tiempo enterrada por cincuenta años y entregada como premio en la ciudad de Tulsa, Oklahoma. Raymond Humberton, quien ganaría un Plymouth Belvedere cincuenta años después de participar en el concurso, no viviría para enterarse.
Para ganar el premio el concursante debía aproximarse según sus cálculos, a la cifra de habitantes de la ciudad de Tulsa en el año 2007. El dato curioso es que la estimación debió realizarla en el año 1957, por lo cual, al momento de conocer el resultado del concurso ya llevaba unos 28 años descansando en paz bajo tierra.
Pero lo antojadizo del concurso no termina aquí. El premio del concurso no era ni más ni menos que una coupe Plymouth Belvedere del año 1957, sepultada en el mismo año en una bóveda a modo de cápsula del tiempo. La idea, era conservar por 50 años el coche para desenterrarlo y observar el diseño visionario realizado en la época.
Para ello, el coche, con sólo cuatro millas recorridas, fue sellado en una bóveda de concreto subterránea, y supuestamente a prueba de ataques nucleares (muy a tono con los tiempos de la guerra fría). La bóveda, se abriría nuevamente para conmemorar el centenario del Estado de Oklahoma en el año 2007.
La decepción del cincuentenario
Al llegar la fecha, una decena de operarios se dispone a desenterrar la bóveda para sacar el coche. Según las estimaciones debería funcionar con sólo girar la llave. A pesar de las precauciones, el estado de conservación del Plymouth Belvedere sería un tanto decepcionante, sobre todo después de décadas sumergido entre barro y agua por las filtraciones:
Si bien en la capsula incluía un tanque de combustible para arrancar el coche al momento de sacarlo, la idea tuvo que ser descartada de inmediato. El afortunado “desafortunado” habitante de Tulsa, o mejor dicho, sus descendientes, eran acreedores de un coche de colección que en mucho se parecería a un trozo de chatarra oxidada.
Aquí el momento antológico en que se devela el estado del coche en el Centro de Convenciones de Tulsa, ante el público y las cámaras:
El estado de conservación del coche fue tan penoso, como el modo en que desciende la intensidad de los aplausos en el auditorio. Por si acaso, los herederos del ganador del concurso, anunciaron una restauración del coche que según la información disponible no llegó a buen puerto.
¿La conclusión que habría que sacar?: en caso de cataclismo nuclear, hoy sólo estarían vivas las cucarachas. Buenas intenciones no faltaron, por si acaso…
Información e imágenes en 1, 2, 3, 4
La historia me la ha enviado Javier Moncada (Guadalajara, Jalisco, México)
Con ese trato no me extraña que los Plymouth se encabronen y les dé por matar a gente.
ResponderBorrar(Christine, de Stephen King, para el que no lo pille).
Vaya cápsula del tiempo....
ResponderBorrarEstupenda entrada.
Carpe Diem
Ni echo aposta, xDDD.
ResponderBorrarDivertidísima historia!!
ResponderBorrarMuy buen trabajo.
En vez de enterrarlo lo hubieran mandado a Cuba... Allí seguro que lo hubieran devuelto funcionando...
ResponderBorrarSeguro que si lo subastaran saldrian con un buen pellizco.
ResponderBorrarHace unos meses nos hicimos tambien eco de esta história:
ResponderBorrarhttp://minasderiosa.blogspot.com/2009/el-plymouth-belvedere-desenterrado.htm
las capsulas generalmente son termoselladas por que no la hicieron asi, teneiendo conocimientos de los pormenores de los cambios climaticos.-
ResponderBorrar