Es curioso como los anillos de hadas, los hongos que en un proceso de pocos días crecen formando una circunferencia de varios metros (circunferencia que a veces parece casi perfecta), han despertado a lo largo del tiempo distintas interpretaciones en cuanto a su razón de ser, por cierto, bastante alejadas de la rigurosidad científica.
Si hace varios siglos, explicar la aparición de un círculo de hongos o un crecimiento diferenciado de la vegetación en forma circular nos llevaba a la idea de una obra de seres mitológicos como hadas, elfos y duendes (que bailaban en ronda dejando su huella), en la actualidad (suele pasar cuando lo que abunda no es la información rigurosa) los círculos “enigmáticos” en la vegetación, son explicados a menudo como obra de seres extraterrestres, o como pruebas de un aterrizaje de una nave que proviene de otro planeta: los anillos “pueden llegar a ser” huellas de una nave no impulsada por algún tipo de fuerza electromagnética, una explicación que sobrevive en pleno siglo XXI, y contra toda rigurosidad. Se me hace que para explicar fenómenos “extraños” en la época medieval eran menos sofisticados: la idea de una ronda de hadas bailarinas hasta resulta más ingenua aún, pero más tierna.
Los anillos de hadas, con otras características, suelen aparecer en algunas zonas de África, y en grandes áreas de Europa de forma bastante usual: un parche estéril en el suelo, o un crecimiento irregular de la vegetación en forma de círculo son algunas de sus evidencias. En sus formas más llamativas, aparece como una circunferencia de setas en ronda que aparece como por arte de magia de la noche a la mañana.
Imagen en Wikipedia
El responsable, no es otro que un hongo (micelio), que se encuentran bajo tierra en forma de hilillos microscópicos que pueden extenderse hasta un metro de profundidad. El micelio es el verdadero cuerpo del hongo que en realidad no podemos ver en superficie. En su búsqueda de alimento bajo tierra, el micelio que produce los anillos de hadas se extiende en forma radial desde un punto de origen, a razón de unos 7 a 60 centímetros al año, una forma de vida que se expande agotando los nutrientes del suelo en forma circular. La expansión, dispara un proceso de transformación de los porcentajes disponibles de nutrientes de la tierra hasta su agotamiento. La extensión en forma radial, y el agotamiento de los nutrientes, queda en evidencia tanto por el crecimiento dispar de la hierba, como por el crecimiento de las setas en círculo en algún momento del año.
De hecho las setas son la parte reproductora del hongo que sale a luz en forma de “sombrerillos”, y sale precisamente, en el borde del terreno en donde los nutrientes todavía no fueron agotados. El ciclo en el que las setas dejan caer sus esporas se repite año a año dando lugar a la aparición de setas en algún momento del año.
Y aquí llegamos a la historia que da nombre al título de la entrada, un anillo de hada formado por el hongo Clitocybe geotropa, que al parecer, se ha expandido en un ciclo de varios siglos en Francia, para alcanzar un diámetro que supera los 600 metros de diámetro. En el mejor de los casos, como éste, han tenido la buena “fortuna” de crecer en un espacio sin obstrucciones, aunque ya no como un círculo perfecto, pero sí, formando una colonia gigante. Se calcula que una colonia de 70 metros de diámetro puede tener una edad de 400 años, toda una rareza. En la mayoría de los casos, los nutrientes del suelo se agotan antes de pasar los dos o tres años y el “mágico” anillo de hadas no vuelve a repetirse.
Más información sobre anillos de hadas en Marcianitosverdes
Realmente interesante, felicidades :)
ResponderBorrar¿Podría pedirte un intercambio de enlaces?
Salu2
Muy interesante, nunca los habia visto ni oido hablar de ellos.
ResponderBorrarMe parecen mas mágicos que científicos.
bss nos vemos
este blog es demasiado interesante :D no hay alguna pagina en facebook o algo asi?
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