Muchos de quienes pasan sus vacaciones en los paradisíacos atolones de Maldivas, se retiran sin siquiera imaginar a donde van a parar las toneladas de basuras generadas cada año. La respuesta no tan secreta se llama Thilafushi, la isla de basura.
Thilafushi era un paradisíaco atolón de Maldivas, cercano a la urbanización de la capital del país, en la isleña Malé. La necesidad de contar con un espacio para desprenderse de la basura en un país conformado por 1.196 islas, convirtieron a Thilafushi en uno de los vertederos de basura más singulares del mundo.
Es lógico imaginar la complejidad para gestionar la basura generada por la ciudad más importante del país, situada en una isla donde cada centímetro cuadrado de terreno es codiciado, aunque la solución propuesta es difícil de comprender. La cercana laguna de Thilafushi, con una longitud de 7 kilómetros y 200 metros de ancho, fue una tardía víctima de la urbanización desmesurada. Thilafushi se transformó en el centro de eliminación de residuos de la ciudad de Malé, pero también, de muchos de los atolones turísticos y resorts de la zona.
Bajo un programa del gobierno, se eligió el lugar para enterrar toneladas de desechos en unas "cápsulas de arena" construidas especialmente. Así, la laguna que pocos imaginaríamos con un destino tan poco afortunado, comenzó a llenarse con pilas usadas, desechos de amianto, plomo y otros residuos peligrosos mezclados con los desechos urbanos sin clasificar. La primera carga se recibió en el año 1992. En años posteriores, las piscinas de basura, llegaron a acumular un volumen de 37.500 metros cúbicos cubiertos con restos de obras de construcción y nivelados con arena blanca.
Finalmente, hacia el año 1997, se decidió que la isla construida con basura, sería habilitada para asentar complejos industriales, con lo que comenzaron a erigirse numerosos complejos de la industria pesada, reservas de combustible como gas metano y grandes depósitos.
Actualmente, los desechos son mejor procesados en el centro de recogida de basura de Thilafushi, y los excesos, posteriormente exportados a la India. Curiosamente, es la basura el principal producto de exportación de Maldivas.
Mientras tanto, en la isla de Thilafushi, una de las pocas lagunas marinas rellenadas con basura, los riesgos de filtraciones contaminantes están latentes, amenazando con sustancias tóxicas y productos químicos el precario equilibrio del medio ambiente.
Excelente artículo!
ResponderBorrarKe kafres...
ResponderBorrarPD:y me refiero a los humanos en general...
Gracias Martín!. Ya un comentarista fijo!!
ResponderBorrarMiski, me has ofendido ;)
Muy interesante, artículo.
ResponderBorrarEstas en racha...
Creo que cadia dia se colabora mas con la destruccion de este hermoso paraiso con tanta basura
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